Los pastizales del sureste de Sudamérica, que comprenden uno de los más extensos ecosistemas de pastizales de los neotrópicos, han sufrido impactos negativos derivados del desarrollo de la industria ganadera, la agricultura de arado y la silvicultura. Los pastizales cuentan con una rica avifauna que incluye 22 especies globalmente amenazadas o casi amenazadas, y muchas otras especies han sufrido extinción de poblaciones locales y una reducción de su área de distribución. Además de la pérdida y fragmentación del hábitat, las aves de pastizal en estos ecosistemas se ven amenazadas por el uso indebido de agroquímicos, regímenes de gestión de incendios poco favorables, contaminación y captura y caza ilegal.